
Donald Draper es un exitoso publicista que tiene todo lo que un hombre en sus delirios machistas podría desear: una apariencia atractiva, una jefatura, el respeto y admiración de sus colegas y una mujer que tiene las puertas abiertas para él y no quiere ningún compromiso. Pero al final de piloto (Primer capítulo de la temporada) descubrimos su secreto: tiene una familia, una linda esposa y unos pequeños hijos en los suburbios. Su vida es compleja, tiene un secreto que a través de la temporada se va develando: es un hombre loco, que no es quien dice ser. En fin, la complejidad nace de la bifurcación de esta vida: la del trabajo y la familiar. La primera protagonizada por él mismo y por sus compañeros de trabajo y la segunda, por su mujer.
La vida del trabajo se desarrolla en una oficina en New York, en la que todos sus colegas y jefes lo respetan y lo admiran. Las secretarias lo desean y tiene el respeto de sus clientes. En esta porción de su vida vemos lo que es la cotidianeidad de la oficina, con distintos personajes, unos más complejos que otros. La mayoría de ellos, abordados en algún momento: uno es homosexual, pero no lo quiere admitir, el jefe engaña a su esposa y ama a las pelirrojas, y por último, el personaje que principalmente más me gusta Campbell, es un tipo que siente inseguridad por los logros de todas las personas que lo rodean y especialmente por Draper, del que quiere su trabajo. Estos hombres trabajan la mitad de lo que deberían, toman todo el tiempo, fuman como si no existiera mañana (en este tiempo no se sabía que el cigarro era nocivo para la salud), piropean y manosean a destajo a sus secretarias y engañan a sus esposas profusamente.
Por otra parte está la vida de la familia, cuya protagonista es Betty, la hermosa esposa de Draper. En un principio se ve como una mujer correcta y calmada, y en parte lo es, pero tiene un problema, que paulatinamente la va volviendo un poco loca. Es una mujer que, como todas las otras, tiene que vivir con un hombre que la engaña y no hacer nada más que cuidar a sus hijos. Al parecer tiene sueños, pero por ahí los dejó, para hacer su familia, en la que se actualmente atrapada.
Otra mujer importante es Peggy, la nueva secretaria de Draper, esta paulatinamente va accediendo a vivir la vida de “la ciudad”: toma anticonceptivos y se acuesta con uno de los hombres de la oficina, pero presenta una complejidad, no actúa como todas las otras mujeres, no quiere lucir atractiva para que la miren, ni se deja tocar. Cada vez se va convirtiendo más en un hombre, inclusive dejando de lado el conocimiento de su propio cuerpo.
Este es el mundo loco comandado por hombres, un mundo que está dirigido por una generación que fue a la guerra, que quiere empezar nuevamente, que quiere poder; por unas mujeres que descubren, lentamente, que quieren más de lo que tienen. Lo interesante es apreciar que cada uno de los personajes principales representa una inquietud propia de la época y que veremos luego resuelta en estos días ¿o no?