miércoles, 29 de abril de 2009

Hombres locos, mujeres locas, mundo loco



Donald Draper es un exitoso publicista que tiene todo lo que un hombre en sus delirios machistas podría desear: una apariencia atractiva, una jefatura, el respeto y admiración de sus colegas y una mujer que tiene las puertas abiertas para él y no quiere ningún compromiso. Pero al final de piloto (Primer capítulo de la temporada) descubrimos su secreto: tiene una familia, una linda esposa y unos pequeños hijos en los suburbios. Su vida es compleja, tiene un secreto que a través de la temporada se va develando: es un hombre loco, que no es quien dice ser. En fin, la complejidad nace de la bifurcación de esta vida: la del trabajo y la familiar. La primera protagonizada por él mismo y por sus compañeros de trabajo y la segunda, por su mujer.

La vida del trabajo se desarrolla en una oficina en New York, en la que todos sus colegas y jefes lo respetan y lo admiran. Las secretarias lo desean y tiene el respeto de sus clientes. En esta porción de su vida vemos lo que es la cotidianeidad de la oficina, con distintos personajes, unos más complejos que otros. La mayoría de ellos, abordados en algún momento: uno es homosexual, pero no lo quiere admitir, el jefe engaña a su esposa y ama a las pelirrojas, y por último, el personaje que principalmente más me gusta Campbell, es un tipo que siente inseguridad por los logros de todas las personas que lo rodean y especialmente por Draper, del que quiere su trabajo. Estos hombres trabajan la mitad de lo que deberían, toman todo el tiempo, fuman como si no existiera mañana (en este tiempo no se sabía que el cigarro era nocivo para la salud), piropean y manosean a destajo a sus secretarias y engañan a sus esposas profusamente.

Por otra parte está la vida de la familia, cuya protagonista es Betty, la hermosa esposa de Draper. En un principio se ve como una mujer correcta y calmada, y en parte lo es, pero tiene un problema, que paulatinamente la va volviendo un poco loca. Es una mujer que, como todas las otras, tiene que vivir con un hombre que la engaña y no hacer nada más que cuidar a sus hijos. Al parecer tiene sueños, pero por ahí los dejó, para hacer su familia, en la que se actualmente atrapada.

Otra mujer importante es Peggy, la nueva secretaria de Draper, esta paulatinamente va accediendo a vivir la vida de “la ciudad”: toma anticonceptivos y se acuesta con uno de los hombres de la oficina, pero presenta una complejidad, no actúa como todas las otras mujeres, no quiere lucir atractiva para que la miren, ni se deja tocar. Cada vez se va convirtiendo más en un hombre, inclusive dejando de lado el conocimiento de su propio cuerpo.

Este es el mundo loco comandado por hombres, un mundo que está dirigido por una generación que fue a la guerra, que quiere empezar nuevamente, que quiere poder; por unas mujeres que descubren, lentamente, que quieren más de lo que tienen. Lo interesante es apreciar que cada uno de los personajes principales representa una inquietud propia de la época y que veremos luego resuelta en estos días ¿o no?

lunes, 13 de abril de 2009

Algo nuevo, algo viejo




Les presento un escrito de hace algún tiempo, diría unos 4 años.



Solo puedo decir Taxi Driver y compenetración.
Estos dos conceptos tienen más en común de lo que cualquiera pudiera
imaginar.

De Niro y magistralidad también están relacionados, unidos por la noche
que en este film habla demasiado, pero que aun asi no tiene la
capacidad de superar la oscuridad del propio protagonista. Tormentos,
sombras, resentimiento, contemplación. La calle como escenario de los
extraños objetivos que se propone De Niro, el taxista que poco a poco
revela su personalidad a un público expectante que gracias a las
atmósferas creadas por Scorsese está esperando algo sin darse cuenta
que los cambios están ocurriendo en el mundo interior del protagonista
y son tanto silenciosos como peligrosos.

Travis (De Niro) inexpugnable.Realmente trata de ser normal, de buscar
amor y estabilidad, pero siempre sentimos que a pesar que él relate la
historia hay algo que nos esconde, algo que no podemos ver y que solo
se revela al final de la historia.

Esperar, contar hacia atrás.

Travis es un hombre solo, tan solo como todos nosotros.Está buscando
algo al igual que tu y yo. Pero lo que lo aleja de nosotros, aparte de
la pantalla, es su percepción del mundo.

Realmente nunca había considerado que pasa por la mente de un taxista,
quizas por dos segundos en la canción de Arjona, pero ese caso es
totalmente lúdico. Un conductor es un observador, una persona que
recorre siempre los mismos trayectos, que tiene la capacidad de estar y
no estar a la vez, dependiendo cuán presente lo queramos tener
nosotros. Un taxista se adapta a la necesidad de quien está pagando, lo
lleva al lugar que quiere, debe ser gentil y considerado, escuchar o
simplemente pertenecer al silencio. Ve el mundo, pero el mundo elige no
verlo a él y es en ese momento en que Travis decide cambiar todo, tomar
la justicia por sus manos y limpiar toda la basura que ve a diario y
que no se esconde en la sombra. En sus palabras: "When it rains, the
boss of the city is the taxi driver"

Creo que todos queremos dejar algo en este mundo, nuestra marca. Travis
luchó por Iris (Jodie Foster), una niña prostituta de 14 años. La busca
y la puede encontrar, subiendo esas escaleras oscuras y angostas la
está salvando a ella y a él mismo sin saberlo.

Un film en el cual se conectan el autodescubrimiento, la demencia, el
vacío y el heroísmo.

Para terminar dejaré algunas frases del fantástico guión de Paul Schrader que me ayudaron en mi travesía y descubrimiento de Travis:
"La soledad me ha seguido toda mi vida. A todos lados. Dios me hizo un hombre solitario"
"Tengo malas ideas en mi cabeza"
"Aquí tienen a un hombre que no pudo soportarlo más, un hombre que se
enfrentó a la basura, a la suciedad ....."

domingo, 5 de abril de 2009

Gracias HBO



No soy solo cine, también me gustan las series de televisión: algunas puedo admitir haberlas visto más que otras. Hay que mantener el status. La obsesión de turno es “True Blood”, la última serie de Alan Ball creador de “Six feet under”, la cual realmente me tiene fascinada, cautivada, soñando con vampiros.


El argumento es el siguiente: en Bon Temps, un pequeño pueblo de Luisiana, Estados Unidos, vive Sookie Stackhouse, una inocente y linda mesera que tiene que trabajar en el bar local con un uniforme que consta de una polera blanca y unos shorts ajustados. Para empeorar la situación, ella tiene la habilidad de escuchar lo que la gente piensa, es decir, puede escuchar los pensamientos, muchas veces asquerosos, de los hombres. Hasta que un día llega un vampiro al bar, al cual no puede leerle la mente. Esto la intriga enormemente y así comienza la historia de amor que es la columna vertebral de toda la historia.


Sí, leyeron anteriormente vampiros. Porque la realidad que se nos presenta en esta ficción es una en que los vampiros son parte de la sociedad como una raza más, ya que los japoneses pudieron crear un sucedáneo a la sangre llamado “True blood”, así los vampiros no necesitarían alimentarse de sangre humana. El problema es que no a todos ellos les gusta esta nueva bebida y no todos quieren compartir con los humanos. Se nos presenta la complejidad del vampiro, que lucha contra su naturaleza y que alguna vez fue humano. Un vampiro que ahora es empresario, que te puede dar el mejor sexo de tu vida, que tiene una sangre que te hace adicto.


Retomando la historia, en Bon Temps comienzan a ocurrir asesinatos a mujeres y es ahí donde todos sospechan del vampiro, que en realidad está tratando de pertenecer a este pueblo, en el cual vivía antes de ser convertido.


Lo más destacable de la serie es la presentación de una sociedad en que los vampiros están recientemente incluyéndose, sobretodo en un pueblo de campesinos sureños, los cuales aún tienen especiales remembranzas de la guerra civil y que representan a ese ciudadano norteamericano típico: el no ilustrado, el intolerante, el patriota, el que ve las noticias y cree que todo es verdad. Es a través de la vida y problemas de cada uno de los personajes que podemos hacer un retrato de la sociedad estadounidense, esa que tanto le teme al “otro” y que busca sus respuestas en religiones, alcohol y en la violencia.


Los vampiros son solo una justificación que nos permite cuestionarnos cómo nosotros nos enfrentaríamos a lo que no conocemos; qué haríamos si lo que pensábamos que era solo un mito ahora es verdad. Es ahora que podemos cuestionar nuestra realidad, ¿lo que conoces es lo que existe o hay algo más allá afuera?